Hoy se anunciaba oficialmente el reparto de la que será séptima entrega de la saga que catapultara a George Lucas al estrellato -nunca mejor dicho-, y le hiciera de paso inmensamente rico. La nueva película de Star Wars, esperadísima desde que Disney -actual propietaria de los derechos- decidiera hacer realidad el que durante años fue sueño húmedo de muchos fans entre los que me encuentro -a saber, descubrir qué pasaba con los legendarios personajes de la trilogía original tras la caída del Imperio-, verá la luz en diciembre de 2015, con J. J. Abrams al frente dando el salto desde la otra gran saga espacial al universo de los jedis.
La noticia hoy es la confirmación de que los principales actores de las películas originales volverán a tomar sus espadas láser, a ceñirse las cubiertas metálicas de los droides, o a cubrir sus enormes fisonomías de kilos de pelo wookie, para dar vida a los personajes que les hicieran famosos entonces, 30 años después -lo que viene a ser el lapso transcurrido desde el estreno del episodio VI. Y claro, visto lo visto, a uno le da por pensar en lo que supondrá el reencuentro ya no de los intérpretes con sus papeles y el universo de Star Wars, sino con sus voces españolas y toda la parafernalia lingüística, conceptual y semántica que éstas se encargaron de popularizar en nuestras fronteras allá por los tardíos 70 y primeros 80.
Si todo va como debe, Han Solo volverá a ser el siempre enorme Camilo García, voz que ha acompañado a Harrison Ford en muchas de sus películas recientes, toda vez que los años han ido haciendo mella en el intérprete y su aspecto cuadra más hoy día , o lo hace para un buen número de directores de doblaje, con el registro de Camilo que con el de su otra voz habitual, la de Salvador Vidal. Mark Hamill, menos prodigado en cine y TV durante todos estos años -recordado es su papel en la saga de videojuegos Wing Commander-, debería así volver a contar con uno de mis fetiches en el gremio, el ya mentado Salvador Vidal, que curiosamente ha dado vida durante todos estos años -sobre todo los que siguieron a la otra saga legendaria de Lucas y Spielberg, Indiana Jones, protagonizada por Harrison Ford- a su compañero de reparto en Star Wars. En aquel momento, Vidal y su registro eran mucho más jóvenes, y su cuerda le iba a Luke Skywalker como anillo al dedo. Ford, también joven pero con un personaje algo más maduro y con un marcado carácter rebelde, estaba más cerca de Camilo en ese sentido, pero no deja de ser curioso que con los años ambas voces hayan ido encajando con sus correspondientes actores originales como lo han hecho, sobre todo de cara a la nueva trilogía galáctica. Y ojo, que el que suscribe opina que pese a todo, Vidal debería ser siempre la voz de Harrison Ford en España, aunque también creo que la alineación astral favorece el sentido común de la continuidad, y Camilo García será por derecho quien se ponga a los mandos del Halcón Milenario una vez más -ya lo hizo para las nuevas escenas de la reedición digital de la trilogía hace unos años, y su actuación estuvo a la altura de los esperado, pese a su hoy mucho más grave voz.
En el lado femenino estará de nuevo Carrie Fisher, la aguerrida Princesa Leia a la que prestara maestría y empaque interpretativo María Luisa Solá, otra de esas leyendas vivas del doblaje patrio, que con el paso de los años sólo ha ido ganando quilates en su registro. La madurez de la actriz americana, y por ende de su personaje, amalgamará magistralmente con los armónicos que la edad ha regalado a la voz de Solá, y si todo es como debería, volveremos a disfrutar de una de las grandes -si no la más importante- voces femeninas del país.
También regresa Anthony Daniels con su C3-PO, aunque por razones obvias en España al actor no se le relacione con el personaje como se hace en otros países. En las películas originales su voz castellana fue la de Miguel Ángel Valdivieso, quien también prestara su peculiar timbre y musicalidad a otro clásico de la gran pantalla -casi tan locuaz como el droide de protocolo-, el incombustible Woody Allen. Lamentablemente, el actor falleció en el impás de años existente entre la primera trilogía y la que hasta hace poco era considerada nueva, por lo que para los tres primeros episodios de la saga, en los que C3-PO es uno de los pocos personaje de las películas clásicas que repiten -o al menos el actor que le diera vida, siendo más estrictos-, el encargado de doblar al fiel sirviente de los Skywalker fue Alberto Mieza. Su actuación fue notable, aunque para mi gusto aún distante de la riqueza de matices que Valdivieso confería al impertinente robot, y es de suponer que vuelva a estar presente en el reparto de las nuevas entregas.
Tampoco repitió en los episodios I, II y III Alberto Trifol como Yoda, también desaparecido al igual que Valdivieso. Su heredero sería -y lo será en las nuevas películas, presumiblemente- Ricardo Palmerola, quien si bien recogió perfectamente la interpretación de Oz y la trasladó a nuestro idioma con gran acierto, y de forma mucho más cercana al original de lo que lo hizo en su día Trifol, el de éste será siempre un papel recordado por el punto de histrionismo cómico que insufló a un Yoda, el de entonces, que estaba mas cerca de las marionetas de Jim Henson que del maestro Jedi comprometido, luchador y ceñudo que conocimos en las últimas tres películas.
Y finalmente, un recuerdo para la voz de voces, al menos en lo que al universo de Star Wars se refiere: Constantino Romero. Ya, ya sé que Vader en principio no habría de tener cabida en las nuevas películas -aunque me da que algún guiño acabará habiendo-, pero precisamente por eso, porque la desaparición de este icono del doblaje nos privaba hace un año de disfrutarlo en futuribles apariciones del lado tenebroso de Anakin Skywalker, su recuerdo ahora que la saga vuelve es si cabe más fuerte, y los que crecimos con el eco de su mítica frase durante la lucha con su hijo Luke, no podemos sino guardar su legado en un rincón privilegiado de la memoria,ese lugar donde se conservan los momentos que definieron nuestra infancia y gran parte de nuestros gustos cinematográficos.
Ya sólo queda esperar. Van a ser 20 meses muy largos, pero seguro que acabará mereciendo la pena, si no por el argumento que hayan tejido Abrams y compañía para la ocasión, sí por un reparto de voces y rostros legendrios que estaban condenados a reencontrarse tres décadas después, para poner, ahora sí, un punto final definitivo a una historia que comenzó hace mucho tiempo, en una galaxia y un atril muy, muy lejanos…
